lunes, 31 de marzo de 2014

UBICACIÓN

¿Cómo llegar al MUNAL?

  •    Para poder llegar al MUNAL por transporte público, del metro Chabacano primero:

1.  Subir a línea azul (2) del metro chabacano, bajar después de 4 estaciones en Allende.



2.  Bajar en Metro Allende salida norte dirección 4 caminos.






3.  Posteriormente Dirígete al oeste por Calle de Tacuba hacia Bolívar, el destino está a la derecha.








  •         Para llegar de aeropuerto al MUNAL en auto personal:


1.  Dirígete al noroeste por Eje 1 Nte. (Av. Hangares de Aviación Fuerza Aérea Mexicana).

2.  Continúa por Eje 1 Norte (Norte 17) 1.8 km

3.  Continúa por Eje 1 Norte (Albañiles) 850 metros

4.  Gira a la izquierda con dirección a Avenida Ing. Eduardo Molina

5.  Gira a la derecha con dirección a Héroe de Nacozari.

6.  Continúa por Gral. Miguel Alemán 280 metros.

7.  Continúa por República de Venezuela 750 metros.

8.  Continúa por Belisario Domínguez 450 metros.

9.  Gira a la izquierda con dirección a Ignacio Allende 290 metros.

10.Gira a la derecha en la 3ª intersección hacia Calle de Tacuba 150 metros.

11.El destino está a la derecha.







  •        Dirección: Tacuba 8, Centro Histórico, Cuauhtémoc, 06010 Ciudad de México, Distrito Federal


  •     Teléfono:01 55 5130 3400


  •    Horario:

Lunes Cerrado
Martes 10:00–17:30
Miércoles 10:00–17:30
Jueves 10:00–17:30
Viernes 10:00–17:30
Sábado 10:00–17:30
Domingo 10:00–17:30






El Salón de Recepciones

Se localiza en el segundo nivel del palacio y evoca el esplendor de los salones europeos del siglo XIX.
 El Salón de Recepciones, debe su nombre a la preferencia que el presidente Porfirio Díaz tenía por este lugar para realizar actos oficiales en honor de visitantes distinguidos. Actualmente, el museo abre este espacio para disfrutar conciertos, presentar libros, organizar recepciones especiales y actividades culturales públicas y privadas.


Auditorio
Con el nombre de Auditorio Adolfo Best Maugard, este espacio está concebido como un espacio multifuncional en el que se dará prioridad a la proyección de materiales cinematográficos y audiovisuales

El espacio remodelado fue inaugurado por la directora general del INBA, Teresa Vicencio, y el presidente del Patronato del MUNAL, Roberto Hernández
  


Concebido como un espacio multifuncional pero que dará prioridad a la proyección de materiales cinematográficos y audiovisuales, este miércoles fue inaugurado el Auditorio Adolfo Best Maugard, en el interior del Museo Nacional de Arte (MUNAL).





Entrevista a Arturo Pérez.
1. ¿Por qué decidió dedicarse al arte?, ¿Qué le inspiró a dedicarse a su profesión?
Mi profesión tiene que ver mucho que ver, yo estudié artes visuales en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, entonces enganché mi profesión  un poco con lo que quise desarrollarme: con los valores artísticos.
Fíjate que lo que me inspiró yo creo que es la idea que la gente conozca algo, que se sensibilice a partir de los objetos artísticos.

2.  ¿Cómo fue que llegó a trabajar al MUNAL?
Suerte, no lo tenía planeado. Terminé de hacer mi servicio social en un museo y de ahí una oportunidad de venir para acá, pero no es algo que haya planeado.

3. ¿Ha tenido alguna experiencia emocionante o bizarra que nos quiera compartir?
Todas las visitas son emocionantes como siempre no creo que haya alguna sola. He trabajado con gente como por ejemplo artistas, políticos, gente de la cultura. Por ejemplo fue muy bonito cuando conocí a Manuel Álvarez Bravo ( fotógrafo) que es uno de los más importantes de México lo conocí aquí. También conocí a Juárez Soriano y a pintores que ya han muerto que han sido importantes y se han consolidado.

4. ¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?
El contacto con la gente pienso que tiene mucha cabecera, mucha razón básicamente ha sido eso.

5. ¿Siempre quiso trabajar en el MUNAL?
Pues la verdad no lo conocía, ósea que no te puedo decir que si.

6. ¿Cuáles son sus planes para el futuro en relación a su profesión?

Generar algunos productos educativos para gente que no tiene acceso al museo,de manera para generar programas para ciegos, para niños de bajos recursos, para comunidades que no tienen acceso aquí y hacer llegar a más gente a este museo.





SALAS DEL SIGLO XIX:

LA ACADEMIA DE SAN CARLOS PREMIANDO A SUS ALUMNOS
Juan Bellido (1854), vaciado en yeso

En la primera mitad del siglo XIX, dos vertientes dominaron el panorama de la producción artitistica en las academias de Europa y America; el gusto clásico retomado de las culturas griegas y romanas que se apagaba paraelo al nacimiento y auge del estilo romantico menos estatico y racional, y mas emotivo y pasional. En la academia de San Carlos, el predominio de las temaitcas y las forma de antigua civilización grecolatinas se manifestó sobre todo en la escultura, incluso hasta después de la segunda mitad del siglo cuando en otras disciplinas ya s ehabia superado el estilo Neoclasico. Compuesto por Juan Bellido, este altorelieve en yeso fue rpesentado en la VII exposición de la Academia celebrada en 1855.es una muestra de la continuidad del estilo adoptado en el mundo occidental desde la segunda mitad del siglo XVIII; la pieza obtuvo el tercer premio de la clase del estudio del a composición.
Del lado derecho aparece una matrona entronizada con túnica, diadema y sandalias; personifica la Academia en un amodalidad que evoca la estética de los antiguos frisos escultóricos clásicos. Al otro extremo con el fin de quilibrar el relieve se perfila un templete y, entre ambas secciones, catro jovens portan los instrmentos caracrteristicos de cada una de las disciplinas que s eimparten en la escuela: los buriles para el grabador el martillo para el escultor, la paleta para el pintor y la escuadra para el arquitecto. Este último se inclina para recibir de la alegoría femenina una corona de encino como premio a su dedicación en el proceso formativo. Con este asusnto Bellido, uno de los disciplus adelantados del prfesor catalán Manuel Vilar, participo en la tarea de exaltar la grandeza de la Academia antes sus críticos. la obra procede del Museo Nacional de San Carlos e ingreso al MUNAL en el año de 1982, como parte de su acervo constitutivo.



GIOTTO Y CIMABUE
José María Obregón (1857), Óleo sobre tela

-José María Obregón fue estudiante y maestro de las cadenas de San Carlos porque hace el seis años, hasta que en 1891 se retiró debido a una grave enfermedad de la vista. En sus obras se aparecía una clara influencia del pintor catalán Pelegrín clave. Fue retratista de la corte del emperador Maximiliano y realizó su busto y el de su mujer, la emperatriz Carlota, los cuales el Bien de modelo para la acuñación de las monedas conmemorativas al imperio. Este lienzo representa el relato que Giorgio Vasari describe en su libro vidas de los más excelentes pintores como escultores arquitectos en el que describe el encuentro entre el pequeño Giotto y su maestro Cimabue, ambos artistas del renacimiento. La historia cuenta que Giotto-representado por el joven vestido con ropas media vales-se encontraba pastoreando a su rebaño de borregos; mientras los animales alimentaban, el trazaba una línea sobre la Rosa. El pintor Themeabue pasaba por el lugar y maravillado observó la destreza del joven, razón por la cual lo invito a formar parte del taller y convertirlo en sorprendiste. Esta historia resalta la idea romántica de que la vocación artística se obtiene desde el nacimiento, y sólo se llega a perfeccionar por medio de la práctica y el contrato sensible con la naturaleza que nos rodea. Yo estoy sin abue se presentó por primera vez en la XX exposición de la academia San Carlos, donde ganó el tercer lugar dentro de la clase de composición bajo la dirección de Pelegrín clave. Ingresó hormonal como parte del acervo constitutivo en 1982.








EL INTERIOR DEL ARCA DE NOÉ
Joaquín Ramírez (1857), Óleo sobre tela  


La academia de San Carlos estuvo sumergida en una profunda crisis desde la guerra por la independencia de México dos. En 1843, decreto del Presidente Antonio López de Santana ordenó la reorganización de la institución, conformado por una nueva directiva y establecido una modelo administrativa. El plan de reordenamiento incorporó al profesorado europeo. En el ramo de la pintura el catalán Pelegrín clavé forma una generación mexicana de artistas notables. Joaquín Ramírez ingresó a la élite de sus mejores discípulos que, con base en el plan de estudios del maestro, cultivaron el género de historia y, en particular, los temas bióticos, por la fuerza de sus conocimientos morales bajo la convicción ideológica de la junta de gobierno del plantel, de filiación conservadora. Ramírez idealizó en este lienzo un paisaje significativo de antiguo testamento: el arca de Noé, el pintor recreó un recoveco de madera del arca y representó el momento a anecdótico  en el que el patriarca, su esposa y sus hijos acompañados de sus mujeres observaban el el retorno de la paloma que porten su pico una Hoja de olivo como muestra de que hay emergido en la tierra luego de diluvio universal. Este odio de forma monumental encierra una composición conformada por un semicírculo de varias figuras entonó nueve, el cual se perfila por intensidad luminosa que el confío en la revista a cada grupo.
Cada familia sugiere, con su propios atributos, los diversos sistemas sociales de la humanidad: y aparte los sedentarios Diana agrícola pastoril es John y los nómadas salvajes, en un tiempo en que las comunidades del norte de México solían ser asoladas por tribus interamericanas renuentes a la auxilien paralización. En esta tónica cabe señalar los rasgos indígenas del hombre en el ángulo inferior izquierdo. Esta obra de un delicado colorido y excelsa composición se escribió en la 10ª exposición de la academia de 1857 y desde 1 1982 ingresó al MUNAL como parte de su acervo constitutivo

“ÉSTA ES LA VIDA”
Anónimo (siglo XIX), Óleo sobre tela
-Esta es la vida es una de las piezas anónimas más emblemáticas del siglo XIX que se encuentran en el acervo del MUNAL, por tratarse de una representación de la vida cotidiana, que a su vez refleja parte de la ideología predominante de la época. El tema de la composición gira en torno al cortejo entre los “pollos” y las “pollas” , como se les llamaba a los jóvenes de aquel periodo. La sucesión de los hechos parece ejemplificar algunos vicios y peligros de la vida cotidiana al tiempo de mostrarnos sus fatídicas consecuencias. En apariencia, el pintor comulgaba con la idea de que este tipo de juegos y cortejos banales, reprobables de acuerdo con la moral de la época solo podían tener resultados funestos. Ejemplo de ello es la contienda presente en la escena de la izquierda y el hombre herido, producto de este enfrentamiento. La actitud moralizante suele estar presente en algunas pinturas costumbristas desde la primera mitad del siglo XIX. Aunque menos recurrente el tema siguió abordándose en la segunda mitad del siglo, como lo demuestran algunas piezas del pintor Manuel Ocaranza. El oleo perteneció a la colección del pintor Roberto Montenegro, después formo parte de la dirección de Promoción Nacional Del Instituto Nacional de Bellas Artes e ingreso al acervo constitutivo del MUNAL en 1982.



“THAIS”
Enrique Guerra (1908), vaciado en yeso con pátina

-Enrique Guerra esculpió la Thais a su regreso de Paris, donde fue a perfeccionar su instrucción entre 1901 y 1906. Hijo de un talabartero, se dio a conocer a temprana edad como un virtuoso del repujado cuando ayudaba a su padre con los labores del taller. Gracias a esta actividad, fue becado por el gobierno estatal para seguir con sus estudios de preparatoria y posteriormente trasladarse ala ciudad de México hacia 1893, para formarse en la antigua academia de San Carlos esta pieza se refiere a una meretriz arrepentida que probablemente vivió en los primero siglos de la era cristiana. Thais o Taide, como también se le conoce, es mencionada en numerosas obras literarias una de las más tempranas es el drama Pafuncio, de Hrotsvitha de Gandersheim, que relata la forma en que este eremita presentándose ante Thais como uno de sus amantes, le hablo del temor de dios y la convenció de abandonar el pecado. Después de deshacerse de todas sus pertenencias y quemarlas en la plaza pública ella accede a recluirse durante 5 años en una celda, en donde debe “orar no con una palabra sino con lágrimas No con la sonoridad de la murmurante voz, sino con el rugido del corazón atribulado”. Probablemente el escultor conoció la historia de este personaje mediante la novela homónima de Anatole France, publicada en 1890. El yeso elige el momento de reclusión de la futura santa. La postura incomoda remite el pequeño espacio en el que fue sometida;  el llanto desgarrador refiera la culpa que invade a la meretriz conversa. La mezcla de sensualidad y arrepentimiento manifiesta una vez más la inclinación ambivalente de la sensibilidad modernista, actitud adoptada por el artista durante su estancia en Europa. Ingreso al MUNAL como parte de su acervo constitutivo en 1982.
 
-Las órdenes religiosas encargaban retratos de sus miembros fallecidos más destacados con el fin de que sirviera de ejemplo a la comunidad. Entre las congregaciones femeninas, estos podrían ser de dos tipos: y seguido el primero se ocupaban de preciosas recién muertas, que eran pintadas sobre catafalco, y el segundo recurría a la forma del retrato oficial dos. De tal manera, las monjas eran retratadas de pie, con los ojos cerrados y la mitad baja, y estaban acompañadas por algunos objetos que aludían a sus virtudes o los oficios que ejercían. En ambos casos, las composiciones se complementan con inscripciones que dar cuenta de la vida de la retratada. Esta obra se ocupa de sor María Clara Josefa, religiosa de la orden de las capuchinas. Por los libros que la acompañaba, símbolo del estudio, aprendizaje y enseñanza, es probable que ella tuviera en sus manos la educación de las noticias. Uno de ellos que lleva sobre el lomo el título de trona mexicana, fue escrito por fray Ignacio de peña y publicada en 1728 cuentan historia del convento de San Felipe de Jesús, primera casa de monjas capuchinas de Nueva España. El grabado del corazón de Jesús a lo de la devoción de la monja. Esta obra ingresó al MUNAL procedente de pinacoteca bien v
ial de San Diego en el año 2000.




HACIENDA DE SAN LUCAS (IZTACCIHUATL)
ARMANDO GARCÍA NÚÑEZ
Armando García Núñez, pintor oriundo de la ciudad de Oaxaca, fue alumno de José María Velasco en la Escuela Nacional de Bellas Artes. En este paisaje, que sintetiza tanto la tradición académica como cierta voluntad de innovación, además de evidenciar la composición se divide en dos partes. En la primera, el protagónico volcán Iztaccíhuatl coronado de nieve ocupa toda la parte superior. La parte inferior se pueden apreciar árboles y arbustos, el follaje y un riachuelo.
La obra otorga un efecto de ilusión por los distintos planos de perspectiva.


MADRE PROLETARIA
DAVID ALFARO SIQUEIROS
Fue un destacado activista social que participó constantemente en la vida política del país tomando partes en movimientos sindicales; de echo fue arrestado en el año de 1930. Madre Proletaria esta considerada una de las piezas claves dentro de la historia del Arte Mexicano, por la fuerza representativa con la que el artista transmitió la extrema pobreza y miseria en la que se encontraban las clases humildes y desfavorecidas en México durante los años treinta.


RETRATO DE MARÍA ASUNSULO
JESÚS GUERRERO GALVÁN
El artista jalisciense Jesús Guerrero Galván encontró a María Asúsolo la especial afinidad que caracterizó la producción que se dedicó a enaltecerla plásticamente. En esta obra  se observa de manera elocuente el estudio de Guerrero Galván por la retratísca del Renacimiento , ya que se convierte en una referencia visual de la Mona Lisa. La figura femenina encierra en una estructura piramidal, tal como se pintaban las madonas del Quattrocento, las cuales desplegaban un halo de luz que denotaba santidad. La pintura es el retrato más temprano de la famosa galerista , quien se afirmó como un canon de belleza y adoración platónica.


NATURALEZA MUERTA CON BARCO
GABRIEL FERNÁNDEZ LEDESMA
El artista presenta un ejercicio de construcción del espacio donde se vislumbra el interés del autor por el cubismo y las ideas de Paul Cézanne, referentes a la elaboración espacial. La inclusión de elementos como una esfera, una taza, una figura geométrica, un paño plegado, un par de cañas y un caracol conforma una naturaleza muerta que remite al estudio del artista. Al fondo de este espacio cerrado se distingue un cuadro de un barco en movimiento, que posiblemente haga referencia a la travesía de un viaje trastlántico, el mismo que realizó el propio Ledesma rumbo a París en 1938.




EL HUESO (MAESTRO RURAL)
MIGUEL COVARRUBIAS
Esta pintura es una variación del mural ubicado en el bar del HOTEL RITZ. En ella sobresale la utilización de una temática popular mezclada con un fino sentido del humor, rasgo caricaturista del artista que se distinguió como ilustrador, sobre todo en la época que residió en NY. La escena representa a un posible burócrata con las manos cruzadas y sentado en una silla de mimbre




NOVOHISPANO:

SAN FRACISCO XAVIER
Miguel Cabrera (s/f), óleo sobre lámina



San Francisco Xavier fue un misionero jesuita canonizado en 1622. Después de San Ignacio de Loyola, este religioso jesuita fue el más representado por el arte en la contrarreforma. Respetando su iconografía viste hábito de color negro, con su mano derecha sostiene una venera y con la izquierda un bordón con la espiga metálica. Está parado sobre una nube, especie de pena: seguido a sus pies, en el extremo izquierdo, se postra dos ángeles que sostienen una pila bautismal, con símbolo de su misión evangelizadora en Oriente, donde trabajó para ganar conversos y bautizarlos bajo la fe cristiana. A su derecha se auspicia un hombre arrodillado en actitud suplicante, quien esconde la cabeza tras su manto. Este odio se suma a la larga lista de trabajos de temática felicita que Cabrera realizó y seguramente, por sus dimensiones y formatos compositivo, hizo pareja con el óleo que el mismo Cabrera representó de San Ignacio de Loyola. Esta obra adjudico al final en el año 2000.



RETABLO DE LA VIRGEN DE GUADALUPE CON SAN JUAN BAUTISTA, FRAY JUAN DE ZUMÁRRAGA Y JUAN DIEGO
Miguel Cabrera (s/f), Óleo sobre lámina
    Al recurrir a la retórica visual, esta obra plasma una de las devoluciones no voy hispanas más elaboradas la relación ocurre la virgen y los emisarios de sus misterios. Así, la imagen de María de Guadalupe aparece colocada al centro de un retablo, dentro de un dosel, cuyas cortinas recorren Dos ángeles. En un nivel más bajo hay una hornacina con una escultura de San Juan Bautista, que flanquean fray Juan de Zumárraga, primer obispo de México, y Juan Diego, en misión de la virgen, quienes miran absortos hacia la efigie Guadalupana. Juan Bautista se presenta como la figura que articula el discurso, ya que, fue desde el vientre materno de Isabel en la visita a la virgen, el primero que anunció la encarnación del Salvador y, por lo tanto, reconoció a María como la Madre de Dios. Un papel similar tendría Juan Diego al ser primero en reconocer a Guadalupana a la Madre de Dios y ser emisario de sus deseos, además de tener un papel fundamental en la esta pasión Milagros a tener imagen de la virgen en su yate. Por su parte, fray Juan de Zumárraga como receptor del mensaje transmitido <!-- inicio codigo contador --><div><a href="http://contador-de-visitas.com"><img style="border: 0px solid ; display: inline;" alt="contador de visitas" src="http://contador-de-visitas.com/hit.php?id=1978869&counter=37"></a><br /><a href="http://contador-de-visitas.com">contador de visitas</a></div><!-- fin codigo contador -->por Juan Diego y difusor del culto a la Madre de Dios en la alta vocación de Guadalupe, se convirtió, junto con aquel, en emisor de los misterios marianos, lo que los convierten en equivalentes del Bautista en estas tierras, con quien además están vinculados a través de sus nombres. Cabe señalar el cuidado de la realización pictórica y la excelencia de su manufactura. Esta obra ingresa al MUNAL como acervo constitutivo en 1982.





RETRATO DE SOR MARÍA CLARA JOSEFA
José del Castillo (1769), Óleo sobre tela



-Las órdenes religiosas encargaban retratos de sus miembros fallecidos más destacados con el fin de que sirviera de ejemplo a la comunidad. Entre las congregaciones femeninas, estos podrían ser de dos tipos: y seguido el primero se ocupaban de preciosas recién muertas, que eran pintadas sobre catafalco, y el segundo recurría a la forma del retrato oficial dos. De tal manera, las monjas eran retratadas de pie, con los ojos cerrados y la mitad baja, y estaban acompañadas por algunos objetos que aludían a sus virtudes o los oficios que ejercían. En ambos casos, las composiciones se complementan con inscripciones que dar cuenta de la vida de la retratada. Esta obra se ocupa de sor María Clara Josefa, religiosa de la orden de las capuchinas. Por los libros que la acompañaba, símbolo del estudio, aprendizaje y enseñanza, es probable que ella tuviera en sus manos la educación de las noticias. Uno de ellos que lleva sobre el lomo el título de trona mexicana, fue escrito por fray Ignacio de peña y publicada en 1728 cuentan historia del convento de San Felipe de Jesús, primera casa de monjas capuchinas de Nueva España. El grabado del corazón de Jesús a lo de la devoción de la monja. Esta obra ingresó al MUNAL procedente de pinacoteca bien vial de San Diego en el año 2000.








ALEGORIA DE LA VIRGEN PROTECTORA DE LOS DOMINICOS
Miguel Cabrera (s/f), Óleo sobre tela

Entre la producción artística del pintor bajar pequeño Miguel Cabrera se  encuentran diversos patrocinios de la virgen sobre las diferentes órdenes religiosas que convivieron en la Nueva España. Fray Vicente Castejón, vicario del poblado de tienda no, le encomendó Cabrera, a mediados del siglo XVII, la realización de esta obra para la orden de botella de la virgen del Rosario. En el primer plano se aprecia de lado derecho el fundador de esta congregación, Santo Domingo de Guzmán, arrodillado con su rosario y un hábito de color blanco y negro. A la izquierda se observa Jesucristo, cuya mano posee un aire y movimiento que surge como si hubiera descendido del cielo para dar un mensaje santo de Guzmán. Además con María la mirada del espectador hacia la parte superior donde se encuentra su madre. La virgen ocupa el lugar preponderante en la composición y capta toda la atención. Con su manto sostiene por los dos angelitos, cobija del lado derecho a cinco religiosas dominicas y a su izquierda a tres bailes y dos hombres, uno de ellos es el propio Castrejón. El tema se asocia con una visión del Santo en la cual la virgen María abrió su manto para proteger a su orden. La realización de esta obra obedeció a la necesidad de autoafirmación de la orden Dominicana en el convento de Tenango, luego de enfrentar un proceso de secularización que tambaleó su existencia. Ingresó al MUNAL como parte de su acervo constitutivo en el 2000




RETRATO DE SOR MARÍA ANTONIA DEL CORAZÓN DE JESÚS
José María Vázquez (1814), Óleo sobre tela


A lo largo de los siglos. XVII y XVIII además de las primeras décadas del siglo XIX, fue tradición enamorada España de tratar a las mujeres que se convertirían en monjas, como un recuerdo para la familia. Éstas horas tenían el valor agregado de conferir prestigio social, ya que de esta manera se mostraba la lealtad de la familia hacia la iglesia y, en algunos casos, incluso su poderío económico. Las futuras esposas de Cristo se pintarán con su abuelito y alternos de profesión: y seguido coronas de flores, y muchas veces incluso, con un niño Dios en sus manos, símbolo de su matrimonio místico Congreso Cristo. En esta obra se le conoce como monja coronada. Esta pintura alude al retrato de una religión de la orden Concepción, pintado durante la segunda década del siglo XIX , alejado atrás el gusto por los ornamentos súper reflujos a elementos que denotan mayor espiritualidad, como el breviario de sor María Antonia lleva en las manos. Lo anterior se debe al nuevo estilo impuesto por la academia de San Carlos, institución en la que se lo corro al autor, que preferiría composiciones más austeras y sobrias. El escudo pacto oral es uno de los elementos que conservaron el gusto barroco, debido a sus riquezas iconográficas enviar el mensaje que podría transmitir. En este caso, los santos y personas divinas plasmase en el tienen relación con el nombre de la monja y los sus progenitores, de la manera que se forma un árbol genealógico. Esta obra fue donada por el fondo Nacional para cultura y las artes en el año de 1991







“La oración en el huerto”
BALTASAR DE ECHAVE ORIO
Refiere a Cristo en la oración en el monte de los Olivos, sitio al que acudió junto con sus discípulos luego de celebrar la cena pascual. La obra está dividida de manera transversal en 2 espacios elípticos que son realidades distintas: en el lado derecho sobresale Cristo arrodillado en actitud orante. Está vestido según la tradición, con un manto azul y una túnica roja, la mirada dirigida hacia el cielo y las manos entrelazadas, en actitud de redención. En el extremo superior izquierdo parece la figura de un ángel, avocación del mundo celestial, quien porta un cáliz que refiere la sangre que Jesús derramará a su pasión y muerte. Esta pintura, cuya composición recuerda algunas obras del Renacimiento español y flamenco, tuvo repercusión en los trabajos de otros artistas novohispanos como Luis Juárez.



“Inmaculada Concepción”
BALTASAR DE ECHAVE IBÍA
La imagen de la Virgen sobresale en primer plano central del que emerge sobre un claro y profundo fondo azul. Cuatro nubes en posición marginal enmarcan la pintura ; sobre cada una posa un grupo de ángeles portando diversas letanías marianas que representan las pruebas enfáticas de que la virgen María fue concebida sin pecado. María porta un manto azul con forro rojo y brocados en oro, una túnica blanca con un cinturón tan arriba de la cintura que la sugiere embarazada.
Esta visión tan apocalíptica-en las que María es presentada con símbolos que reiteran la pureza de su origen: el sol iluminando su cabeza rodeada por una corona, una serpiente a sus pies enroscada sobre los invertidos cuernos de la luna, y diversos elementos como la torre, una playa, una ciudad y ciertas construcciones, lirios, un huerto- sugiere, aparte de la castidad, la visión franciscana que popularizó este tipo de representación de la virgen hacia principios del siglo XVII.
   
“El martirio de San Aproniano”
BALTASAR DE ECHAVE ORIO
La compañía de Jesús comendó a Echave Orio la realización de una obra curiosa, ésta fue El martirio de San Aproniano, representación poco usual dentro del ámbito artístico novohispano.
La escena nos remite al siglo III en la ciudad de Roma. Aproniano era carcelero y se ocupaba de cuidar la prisión donde encerraban a los cristianos. Un día escuchó una voz que decía: Venite Benedicti Patris Mei (Venid venidos de mi padre), y en ese momento se convirtió al cristianismo. Este hecho le causo la muerte en 204. La desproporción de las figuras humanas, los soldados de medio cuerpo que dan la espalda al espectador, la arquitectura y el tratamiento del rompimiento de gloria nos encierran en una composición manierista. San Aproniano está iluminado con una luz casi artificial, su rostro de angustia es impresionante, el verdugo parece flotar, pero la furia de su semblante y la fuerza de su rostro con la que va a degollar al mártir lo equilibran. La composición se delimita por estructuras geométricas. La arquitectura del fondo denota profundidad.
    
“La aparición de la virgen y el niño a San Francisco”
JOSÉ JUÁREZ
La representación narra el momento en el que el humilde san Francisco, hincado sobre el suelo y con gesto anhelante, recibe en sus brazos al niño Jesús, quien es entregado con absoluta confianza por su madre. La Virgen porta una túnica rosa y un manto de azurita, sostenido en el pecho mediante un lujoso broche. Los numerosos ángeles de porte gallardo que habitan la pintura crean un bullicio marco para la escena central. Las flores esparcidas en el suelo evocan un recurso compositivo; sirven para destacar la presencia del pequeño donante ubicado en la parte inferior de la obra.



  
“Cristo en la cruz”
SEBASTIÁN LÓPEZ DE ARTEAGA
Arteaga utiliza fuertes contrastes lumínicos para intensificar el dramatismo de la escena, como puede observarse en este cuadro, donde la figura de Cristo, fuertemente iluminada, contrasta sobre el fondo oscuro. El conmovedor pasaje presenta a Jesús expirante crucificado por 3 clavos, ataviando tan sólo con un breve cendal, iconografía característica de la crucifixión. Su rostro suplicante se dirige hacia el firmamento, parece enunciar las palabras consignadas por los evangelios: “Dios Mío, Dios Mío ¿Por qué me has abandonado?” Mientras su cuerpo sigue una delicada línea ondulante que parece contraponerse a la dureza con que se señalan los huesos y músculos de Redentor. Al fondo, en la parte baja, se advierte un interesante paisaje de perfiles geométricos correspondientes a la ciudad santa.
   
“El martirio de San Lorenzo”
JOSÉ JUÁREZ


La pintura se encuentra dividida en 2 registros, en el superior de coros angélicos dispuestos en semicírculo tocan música celeste y constituyen el preámbulo ideal para la puerta del cielo que remata en lo alto con el rompimiento de gloria. La visión angelical parece dotar de consuelo y esperanza a la figura de Lorenzo, quien soporta estoicamente su tortura sobre la parrilla. El espacio inferior está ocupado por el ámbito terreno , donde numerosos personajes son testigos del martirio. Un ángel de buena factura, enlace entre ambos mundos, asiste a Lorenzo durante el suplicio, al tiempo de mostrarle el feliz destino que le espera. La novedad compositiva y el tratamiento de luces y sombras relacionan a este cuadro con el ambiente sevillano de la época, lo cual alude a la influencia que el peninsular Sebastián López de Arteaga tuvo en la plástica de José Juárez.





“El milagro de San Francisco de Asis”
José Juárez

El episodio remite a una milagrosa resurrección obrada por intercesión de San Francisco, quien predicaba en un pequeño pueblo. La familia de un hombre devoto decidió ir a escucharlo y la custodia de la casa quedó en manos de una criada, quien debía cuidar al hijo del seños. La criada se descuidó y el niño cayó accidentalmente en una caldera de agua hirviendo. La mujer, temerosa de las consecuencias, decidió esconder en un cofre los pedazos que rescató. Cuando regresaron los señores a su residencia llevaban a San Francisco con ellos para ofrecerla un banquete. Durante la comi9da, el santo tuvo la revelación del infeliz suceso y pidió que lo llevaran unas manzanas para comer. Todos comentaron que ya no era la época de ese fruto y por lo tanto no podían dárselo. Pero el santo insistió diciendo quq las manzanas se encontraban dentro del mismo cofre que encerraba el cadáver. En el momento en el que lo abrieron, surgió el niño vivo con 2 manzanas y dijo: “Esta fruta lleva el árbol de la virtud divina”.
Un aspecto notable en la obra se centra en la riqueza de elementos que remiten a la vida cotidiana: limones, cuadros de paisajes en la parte superior, el exhibidor de plata y la indumentaria correspondiente a los finales del siglo XVI y principios delo XVII.   





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